ONGD. Nuestra razón de ser

La “D” de ONGD. Cooperación para el Desarrollo

Nuestra “D” significa DESARROLLO. Más allá de la caridad y de la ayuda, entendemos que fomentar el desarrollo es una obligación ética y un compromiso político (asumido reiteradamente y en diversos contextos por los países enriquecidos).

El desarrollo debe ser un proceso liderado por las personas directamente afectadas por la pobreza. Por eso las ONGD apoyamos a organizaciones de los países empobrecidos que trabajan para mejorar las condiciones de vida de las comunidades.

Contribuimos a que todo el mundo pueda tener iguales oportunidades independientemente del lugar en el que haya nacido, independientemente de su sexo, cultura, religión, etnia o edad. Se trata de garantizar un entorno que ofrezca oportunidades de educación, opciones de participación ciudadana y política; que garantice servicios sanitarios y opciones laborales, culturales y de ocio.

En definitiva, se trata de preguntarnos ¿Cómo está la gente? ¿Cómo es su día a día? Y contribuir para que las respuestas a estas preguntas sean lo más satisfactorias posibles.

El desarrollo tal como lo entendemos es mucho más que puro crecimiento económico. No se trata solamente de elevar el poder económico de las personas.

El desarrollo engloba muchas otras cuestiones que afectan directamente a la vida de las personas: ¿A qué tipo de servicios públicos pueden acceder para garantizar su salud, su educación? ¿Las estructuras de producción y comercialización de alimentos les garantizan una adecuada alimentación? ¿Cuáles son las características de las instituciones políticas, permiten la participación ciudadana, fomentan la transparencia y la rendición de cuentas de la clase política?…

Y así podíamos seguir, porque son muchas cuestiones las que determinan las condiciones de vida. Porque de lo que se trata no es de números, ingresos o rentas, sino de PERSONAS.

 

FAQ: «Todo lo que siempre cuestionaste de la Cooperación para el Desarrollo y nunca te atreviste a contrastar»

¿Por qué después de tantos años las ONGD no han acabado con la pobreza?

Los factores causantes de la pobreza a nivel mundial son múltiples y diversos, como lo son los actores que la generan. La modificación de un contexto con tales características exige el compromiso global de quienes intervienen en él: ciudadanía, gobiernos, partidos políticos, empresas e instituciones internacionales.

¿Es cierto que sólo una parte del dinero que se dona a las ONGD llega a quienes lo necesitan?

Según los datos de la Coordinadora de ONGD España (CONGDE), el 81% de los fondos gastados por las ONG para el Desarrollo en 2008 fueron destinados a proyectos de desarrollo y acción humanitaria.

La cooperación no logra resultados para el desarrollo humano

Más de 1.600 millones de personas obtuvieron acceso a agua potable entre 1990 a 2006 y el número de menores sin escolarizar pasó de 100 millones en 2002 a 67 en 2010.

Las y los cooperantes son voluntarios con muy buena fe pero poca eficacia. La gente que trabaja en cooperación son unos hippies

Las y los cooperantes casi nunca son voluntarios. Son profesionales de la cooperación, con sus derechos y deberes como cualquier otro trabajador. Las y los que se dedican a cooperación no son simples soñadores, hippies,… suele ser gente muy preparada. En muchas ocasiones con una educación superior en cooperación, que les permite desarrollar proyectos donde los beneficiarios realmente reciban algo de provecho. Ser experto en cooperación lleva años de voluntariado práctico y de estudio académico. Las y los cooperantes se han ido sustituyendo por personal local.

¿Por qué el nombre ONG cuando gran parte de su financiación es pública?

No somos ni mercado ni Estado. Las ONGD formamos parte de la sociedad civil, al lado de otras organizaciones y movimientos. Nos consideramos una voz más, una que clama por la construcción de un mundo más justo y solidario, que vigila a los estados y a los mercados, y que propone otros modelos de sociedad.

Estamos especializadas en cooperación internacional al desarrollo y tenemos capacidad para gestionar fondos públicos y privados para poner en práctica estos fines. No somos gubernamentales porque no dependemos de directrices marcadas por los gobiernos de uno u otro color.

Las ONGD gestionamos una mínima parte de la Ayuda Oficial para el Desarrollo (AOD), y esta AOD es fruto de un compromiso asumido a nivel internacional, por lo que el gestionar esa cantidad de dinero público no implica ser gubernamental.

¿Las CCAA y los Ayuntamientos por qué hacen Cooperación para el Desarrollo si no tienen competencias en política exterior? Además, ¿tiene sentido que, en un contexto de crisis, todas las Administraciones hagan cooperación?

La cooperación descentralizada surgió fundamentalmente por una demanda de los y las ciudadanas, su origen es ante todo la solidaridad de las personas de pueblos y ciudades españolas con personas de otros países. Este tipo de cooperación favorece que los gobiernos locales protagonicen su propio desarrollo, fomenta las capacidades de las personas y crea relaciones muy horizontales.

Los logros conseguidos desde sus orígenes han sido muchos y diversos y son garantía de su eficacia. Lógicamente, como cualquier otra acción, puede mejorar, sin duda, pero de manera general, su contribución al desarrollo es indudable.

Las ONG son muy poco transparentes

Solo para poder ser miembro de la Coordinadora Estatal, las ONG para el Desarrollo deben cumplir toda una serie de requisitos de transparencia. Además, auditan sus cuentas y sus proyectos por normativa o por requerimiento de los financiadores. Aun así, y como ocurre en otros sectores, podemos encontrar con ONG de ética más que dudosa, pero afortunadamente son excepciones.

Primero los de aquí… Con la que está cayendo

«Primero los de aquí» no tiene sentido ya no tanto porque los pobres de allá sean más pobres o estén inmersos en una crisis crónica que se agrava con la nuestra o, porque no tengan nuestros sistemas de protección… Sino sencillamente, porque para cualquiera que crea en el ser humano, en su dignidad como persona, sucede que no existen pobres de aquí y pobres de allí.

Hay pobres, hay personas y sociedades empobrecidas. No hay pobres de aquí y de allí, como no hay pobres de 1ª y de 2ª, acaso pobres y pobres más pobres aún, donde quiera que sea. Y ese empobrecimiento globalizado, sin distinción de fronteras, es el objeto a erradicar sin distinciones.

Legitimando falsos distingos abriremos la puerta a nuevas exclusiones que inicialmente minoritarias, inofensivas, se volverán contra nosotros sin enterarnos.

Cuidadín, cuidadín, no sea que con ese “primero los de aquí”, levantemos la veda a una especie de “sálvese quien pueda». Un “sálvese quien pueda” que no parece estar dirigido a personas, al menos no a todas ¿Tendremos cabida en algún bote?

¿Para qué siguen existiendo las ONG?

Siguen existiendo porque sigue siendo una parte de la sociedad civil, pero sobre todo, porque las personas que las conforman siguen pensando que entre todos tenemos que construir un mundo más justo. Desgraciadamente, aun queda mucho por hacer:

  • Persistencia de la malnutrición en niños y niñas menores de 5 años.
  • Tasa de mortalidad materna elevada, fundamentalmente en África subsahariana.
  • El SIDA afecta a más de 45 millones de personas en el mundo.
  • Más de 1.200 millones de personas siguen viviendo en extrema pobreza, menos de un euro al día.
  • Aparición de nuevos problemas como el cambio climático o la globalización de la corrupción.
  • 72 millones de niños y niñas aún no van a la escuela, no tienen acceso a la educación primaria. El 50% de los niños y niñas sin acceso a la educación viven en África. Más de un tercio de los niños y las niñas abandonan la escuela antes de acabar el ciclo de primaria, por tener que ayudar económicamente a la familia.
  • Más de 28 millones de niños y niñas no pueden ir a la escuela por guerras o conflictos en sus países.
  • Cada año son más de medio millón de personas, mujeres y niñas, que llegan en condiciones de esclavitud forzada para ser utilizadas en la industria del sexo en Europa Occidental.
  • 215 millones de chicos y chicas, menores de 15 años, se emplean en trabajos peligrosos, expuestos a las substancias tóxicas, en minas, en burdeles y en la guerra, como niños soldados.
  • La crisis económica mundial está obligando a que los niños y niñas abandonen la escuela y así poder ayudar en la economía familiar.
  • Algunos expertos de la OIT señalan que, “los únicos puestos de trabajo en el mundo que no están en peligro son los de los niños y sobre todo los de las niñas”.

¿Por qué se sigue colaborando con las ONG? Que lo hagan sus gobiernos

El mundo está globalizado y especialmente su economía: nos guste o no, esta situación marca el devenir de los pueblos. Lo que se hace en el norte, repercute en el sur, lo que se hace en el sur repercute en el norte. El enriquecimiento desmedido de unos acaba con otros. Tenemos que ser conscientes de que todo está conectado.

Por suerte, la solidaridad no entiende de fronteras; por ello, mientras sigan existiendo injusticias seguirán existiendo personas que traten de combatirlas. Además, no podemos mirar para otro lado, somos parte del problema, tenemos que ser parte de la solución.